LA MUDANZA CUANDO LOS PADRES SE SEPARAN

Llegará un momento inevitable en el que

uno de los dos progenitores, habitualmente

el no custodio, deberá realizar un cambio

de domicilio. En este sentido, puede ser

interesante para hacer el trámite más sencillo

a los hijos, que se sientan partícipes del

mismo, que acepten que ese progenitor no

vivirá ya más en la que hasta ahora ha sido

su residencia.

Puede ser interesante que ayuden en el

proceso de la mudanza misma, que hagan

cajas, aprovechando el momento para que

exterioricen sus sentimientos y que podamos

hablar con ellos y trabajar el tema.

También puede ser interesante que conozcan

el nuevo sitio donde vivirá el progenitor

no custodio y muy probablemente tendrán

alguna habitación reservada para ellos.

Puede ser gratificante para dar un toque a su

nueva habitación.

El hecho de conocer dónde vive el otro progenitor también puede tranquilizarles, ya que conocen el lugar en el que vive y, por lo tanto, pueden imaginárselo allí.

Otro hecho importante es hacerle saber al niño cuáles son las normas en esa casa y, a ser posible, que sean lo más parecidas posible a las del progenitor custodio. Especialmente en casos de custodia única, suele ser habitual que los fines de semana o los días que el niño está con el progenitor no custodio, este relaja los límites y la normativa.

Debemos pensar que estamos haciendo un flaco favor a nuestro hijo, aun¬que interiormente podamos pensar que el poco tiempo que estamos con él no es para estar enfadado, la falta de límites y de una normativa fijada siempre acarrea dificultades y problemas futuros.